Monday, November 26, 2012

Matanieves no miente

 
 

Las estadísticas que aseguran que Españistán es un país antitaurino mienten. No es lo mismo estar en contra de un espectáculo que resulta cruel y despreciable e implicarse en su abolición, que, simplemente, sentir indiferencia o desapego hacía un supuesto espectáculo rancio y deudor de la España más negra. La vergüenza nacional no nos duele lo suficiente como para posicionarnos en su contra. Tristemente, seguimos siendo mucho más ataurinos (o no taurinos) que antitaurinos.

Si fuéramos antitaurinos los toreros no pulularían en la prensa o los programas de televisión como si fueran actores o estrellas de rock. La audiencia cambiaría de canal asqueada cada vez que la vida amorosa de tal o cual toricida fuese exhibida como si se tratase de una información de interés nacional y nos indignaríamos profundamente cada que el/la presentador/a de turno se refiriera a uno de estos individuos como “maestro” al relatar sus sádicas “hazañas”.
 
 



Tampoco corearíamos “¡torero!” a alguien que acaba de realizar una proeza, ni apoyaríamos masivamente con nuestra presencia fiestas sangrientas (y muy rentables) basadas en espectáculos toricidas como San Fermín. Las vaquillas serían eliminadas de todas las fiestas locales y patronales y el gesto del pase toreril con la capa imaginaria no entraría en el repertorio de expresiones de alegría de un deportista cada vez que él/ella o su equipo ganan una competición.
 
Por otra parte, expresiones super taurinas que utilizamos de forma inconsciente como “ver los toros desde la barrera”, “te va a pillar el toro”, “echar un capote”, “estar para el arrastre” (recuerda al momento en que el toro, ya fallecido, es retirado de la plaza y “arrastrado” por mulas), “cambiar de tercio”, “hacer novillos”, “ponerse el mundo por montera”, “¡menudo embolado!”, “hacer una faena”, “coger el toro por los cuernos” o “salir por la puerta grande”, comenzarían a extinguirse poco a poco de nuestro vocabulario  por puro asco o vergüenza.
 




Si este país fuera mayoritariamente antitaurino un director de cine como Pablo Berger no habría ambientado su versión de Blancanieves en el mundo de los toros a menos que tuviera una clara intención de denuncia o satirización. Y, en el caso de ampararse en la excusa histórica o estética, cualquier otro país del mundo habría blanqueado o maquillado el tema toricida, destinando los toros utilizados en la película a un refugio en el que poder vivir una vida digna (aunque su intención sólo hubiera sido quedar bien de cara a la galería) tras el rodaje de la película. Sin embargo, culturalmente hay tanto desprecio e indiferencia y seguimos tan desinformados y embrutecidos en todo lo que respecta a la sensibilidad y los derechos de las otras especies, que los tres toros o actores forzosos de la película, fueron aprovechados para ser asesinados sin que el equipo de la película se molestarse en prever las posibles consecuencias, y, lo que es aún peor, sin que el público, los críticos o la industria digan “mu”.
 
 
 

Y es que Matanieves, a diferencia de las estadísticas, no miente. Nos guste o no, y a pesar de que a menudo ni siquiera seamos conscientes de ello, el mundo tauricida, como la religión católica, se ha colado en nuestro inconsciente infectándonos con una serie de introyectos que no sólo afectan nuestro léxico, sino nuestra realidad, la forma en la que asimilamos y transmitimos nuestra representación del mundo. Nuestra responsabilidad es, simplemente, desarrollar un antídoto o seguir infectados por la indiferencia colectiva.



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2 comments:

  1. Es la primera vez que te comento en este blog, pero más vale tarde que nunca ;)

    No sé porqué tenía la idea de que esta Blancanieves incluía una crítica al toreo, ya veo que me equivocaba.

    Este país dista mucho de ser antitaurino, por desgracia. Lo que más me entristece es que la afición por este "arte" continúa heredándose y no se queda en el olvido como la antigua costumbre bárbara que es.

    Además, hay que aguantar argumentos del calibre de "es más importante el arte que el sufrimiento de un animal", "los toros no sufren, tienen la piel muy dura", "si no existieran las corridas, los toros se extinguirían" o "los que critican el toreo y comen carne son unos hipócritas" (sé que tu eres vegetariana y también te resulta horrible el consumo de carne -y estoy de acuerdo hasta cierto punto-, pero creo que matar animales como espectáculo en sí resulta todavía más cruel que hacerlo como "daño colateral" - espero no ofenderte al decir esto)

    En fin, sólo espero que llegue el día en que España deje de ser sinónimo de toreo.

    Un abrazo

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    1. Hello, Bis!

      Me encanta encontrarte también por estos lares :)

      Don't worry, tu comment no me ha ofendido. Me hice vegetariana, hace 16 años (ahi es na) porque no soportaba la idea de matar a un animal para alimentarme de él. No me parecía ni justo ni necesario porque yo era infinitamente más feliz alimentandome con otros alimentos. Luego, llego el boom internetil y con él el acceso a mucha información. Fue en ese momento cuando descubrí que había algo mucho peor que arrebatarle la vida a otro ser vivo: condenarlo a una vida miserable de sufrimiento y tortura (bien para alimentarse de él o bien para utilizarlo como divertimento en plazas de toros, aquarios, etc). Entonces fue cuando me hice vegana.

      Todo este ladrillo es para decirte que si, que me parece mucho más despreciable el sufrimiento continuado que una muerte rápida y limpia tras una vida más o menos libre. Aunque esto último, en manos de las granjas industrializadas sea mucho más que una utopia.

      Green hugs ***

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